La abeja melífera, la protectora oculta del ecosistema
“Si las abejas desaparecen, los seres humanos también desaparecerán dentro de cuatro años.”
Esta es una frase célebre usualmente atribuida a Albert Einstein. A la abeja melífera se le conoce como un insecto beneficioso que recolecta polen para producir miel. Este insecto de rayas amarillas y marrones posee un aguijón, por lo que podría ser difícil acercársele. ¿Qué es esta pequeña criatura, que está estrechamente relacionada con la supervivencia de la humanidad?
Las abejas viven en panales de celdas hexagonales. Por lo general, una colonia consta de una abeja reina y decenas de miles de otras abejas, la mayoría de las cuales son obreras hembras. Las abejas obreras hacen casi todos los trabajos importantes: recolectan polen para producir miel, construyen panales, alimentan a sus larvas y cuidan su colmena de los recolectores. Los zánganos, que son las abejas machos, son necesarios solo para aparearse con la reina, haciendo posible que esta ponga huevos, así que cuando no hay suficiente comida en la colmena, son expulsados por las abejas obreras. La abeja reina es de gran tamaño; nace de un huevo fertilizado al igual que otras abejas obreras hembras, pero se convierte en reina comiendo jalea real1 durante su etapa larvaria.
1. Jalea real: Líquido nutricional blanco secretado por las glándulas de la hipofaringe de las abejas obreras para alimentar a las larvas que van a ser abejas reinas. Como ácido graso insaturado natural, tiene un efecto anticancerígeno.
La reina pone hasta dos mil huevos al día. Cuando la abeja reina ya no puede producir suficientes huevos, las obreras lo notan instintivamente y crían una nueva abeja reina para mantener su colonia. Cuando una nueva reina sube al trono, la antigua reina se queda un tiempo y luego es expulsada. En este punto, un enjambre de abejas obreras protege a la antigua reina y la sigue para buscar una nueva residencia; con esto, la colonia se ha enjambrado.
Si las abejas se extinguen de la tierra, para comenzar, no podremos comer miel. La miel es un edulcorante que las abejas elaboran mediante la recolección del néctar de las flores. Durante mucho tiempo, se le ha considerado un valioso alimento natural y medicinal. Por su contenido de glucosa, fructosa y humedad, es muy digerible y altamente nutritiva. Aproximadamente se recolecta entre 10 y 13 kg de miel de una colonia donde vive una abeja reina.
La jalea real se utiliza como suplemento dietético para los seres humanos y también como ingrediente para productos medicinales. El propóleo2 (mezcla resinosa) se consume como suplemento de salud y también se utiliza en cosméticos y pastas dentales. Cuando se sufre la picadura de una abeja, el lugar se hincha y produce comezón. En algunos países, utilizan esta apitoxina para tratar la artritis. En Corea se desarrolla continuamente la medicina alternativa con el veneno de la abeja, como tratamientos para el acné.
2. Propóleo: Mezcla resinosa que las abejas recolectan de las yemas de los árboles, del flujo de savia o de otras fuentes botánicas.
En 2013, la Administración para el Desarrollo Rural de Corea ha descubierto 36 microorganismos: 10 tipos de lactobacillales y 24 tipos de proteobacterias, en los intestinos de las abejas. La pirosecuenciación es un método para determinar la secuencia de ADN a gran escala. Es más preciso que el cultivo de microorganismos existentes y el uso de la identificación3. Las bifidobacterias, que son probióticos identificados en las abejas, ejercen una gama de efectos beneficiosos para la salud, tales como la producción de antibióticos, la modulación de las respuestas inmunológicas, la supresión del cáncer y la producción de vitaminas. El lactococcus lactis, que se utiliza ampliamente en la producción de manteca y queso, se encuentra solo en cierto tipo de abejas. Para ello, se espera acelerar muchos estudios sobre el éxito de la crianza de abejas melíferas, la prevención de sus enfermedades y el desarrollo de agentes microbiológicos beneficiosos.
3. Identificación (en biología): Proceso de asignación de un nombre de taxón existente a un organismo individual en base a las características individualistas naturales.
Otro trabajo importante que las abejas realizan además de proporcionar alimentos y medicinas, es la polinización. Polinizar una planta significa fertilizar transportando el polen de los estambres a los pistilos. La mayoría de las plantas producen frutos y semillas a través de la polinización, y hay varias formas de polinización: hidrofilia (cuando el polen se distribuye por el flujo del agua), ornitofilia (por las aves), anemofilia (por el viento) y entomofilia (por insectos). El 40 % de las plantas tienen flores entomófilas, y el 80 % de ellas son polinizadas por las abejas. Para producir un kilogramo de miel, las abejas buscan polen en aproximadamente 5 600 000 flores. La distancia que vuelan es equivalente a rodear la Tierra. Mientras estas diligentes abejas vuelan todos los días de flor en flor buscando néctar para su miel, las plantas producen frutos y esparcen sus vástagos.
En los campos donde se cultiva a gran escala comestibles como almendras, zanahorias y cebollas, la polinización debe finalizar en un corto tiempo. Sin embargo, es casi imposible de hacer con las manos humanas, por tal razón las abejas son absolutamente necesarias. Además, cuando las plantas son polinizadas por las abejas, producen frutos más deliciosos que cuando son polinizadas artificialmente. En países como Corea donde hay cuatro estaciones definidas, crecen fresas, tomates cerezas, pimientos, etc., incluso en invierno en los invernaderos, donde se necesita más abejas para polinizar sus cultivos. Para ello, a veces se importan abejorros debido a que estos sobreviven mejor en el invierno que las abejas nativas de Corea. También se lleva a cabo un experimento para preservar a baja temperatura abejas carpinteras apareadas y despertarlas según las necesidades.
Con frecuencia se informa en los medios de comunicación que las abejas melíferas —pequeñas y diligentes trabajadoras que desempeñan un papel importante en el ecosistema de la Tierra— disminuyen en número a nivel mundial. En un campo agrícola de almendras en Florida, Estados Unidos, las abejas que se introdujeron para polinizar, desaparecieron repentinamente en 2006. Hubo una gran pérdida en los Estados Unidos en 2007; se cerró el 25 % de la totalidad de casas del sector apícola, y el 30 % de la totalidad de las colmenas melíferas del país disminuyó en un 30 %. Se reportaron constantemente síntomas similares en Australia, Brasil, Canadá, China, países europeos y países africanos. La pérdida de una colonia de abejas se llama “problema de colapso de colonias”4. En Corea, cerca del 76,7 % de abejas murieron por el virus de la cría ensacada5 en 2010, pero la cura para este virus no está disponible hasta ahora. Como el perjuicio se agrava año tras año, parece más difícil recolectar la miel de las abejas nativas en el país.
4. Problema de colapso de colonias: Fenómeno que implica la desaparición abrupta de las abejas obreras de una colmena o de una colonia de abejas occidental.
5. Virus de la cría ensacada: Virus que infecta a las larvas de las abejas, lo que provoca insuficiencia para pupar y la muerte. Las larvas infectadas cambian de color de blanco nacarado a amarillo pálido y comienzan a secarse; se vuelven marrones oscuras y finalmente mueren. Cuando las larvas mueren, las abejas obreras descubren las células para deshacerse de ellas. Finalmente, las obreras también disminuyen y la colmena queda vacía unos meses después.
Como el problema de colapso de colonias representa una seria amenaza para la agricultura en su conjunto, los expertos en entomología, microbiología, química y física del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, investigan cuáles son las causas. Como resultado, se han propuesto múltiples causas posibles: el cambio climático, las ondas electromagnéticas, los contaminantes químicos, los pesticidas, el virus de parálisis aguda de Israel, etc. Un equipo de investigadores de la Universidad de Montana sospecha que los virus iridiscentes y el hongo Nosema ceranae causan el problema de colapso de colonias. Sin embargo, aunque hay muchas hipótesis, no resulta claro hasta ahora qué causa este problema. En su libro Fruitless Fall: The Collapse of The Honey Bee and the Coming Agricultutal Crisis, Rowan Jacobsen advierte que la extinción de los insectos que polinizan las plantas tendrá un impacto no solo en la apicultura sino también en la agricultura en general, y también lamenta la incapacidad del hombre al no poder descubrir la causa de esta nueva enfermedad que ha sobrevenido como un desastre.
¿Qué sucederá con la humanidad si las abejas desaparecen? Cualquiera sea la razón, si no hay más de estas obreras diligentes que permiten la producción de una variedad de alimentos como las frutas y semillas, el hombre tendrá que pagar una gran cantidad de esfuerzo y dinero para asegurarse alimentos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que decenas de miles de especies de plantas podrían extinguirse en un futuro próximo si no nos apresuramos en proteger el medio ambiente, e insiste en que el número de abejas melíferas debe incrementarse de modo que podamos mantener una polinización suficiente para los cultivos críticos.
Como Einstein advirtió, si se desmorona el equilibrio de la polinización por la disminución o la extinción de las abejas melíferas, nos enfrentaremos con una extrema escasez de alimentos y la destrucción de todo el ecosistema de la tierra al final. Bajo la excusa de buscar una vida próspera y cómoda y desarrollo económico, la humanidad ha alterado el orden del ecosistema creado por Dios. Ahora, es terriblemente preocupante que la supervivencia de la humanidad esté amenazada por el bumerán de los daños. La naturaleza se creó de acuerdo con la voluntad de Dios y no hay nada irrelevante en ella.
- Fuentes
- Rowan Jacobsen, Fruitless Fall: The Collapse of the Honey Bee and the Coming Agricultural Crisis, Bloomsbury USA, 2009
- UNEP Emerging Issues: Global Honey Bee Colony Disorder and Other Threats to Insect Pollinators, 2010