¡Cada miembro de la familia es el dueño de la casa!

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Si la fuerza de una persona que tira de una cuerda es de 100, en teoría debería ser 200 para dos personas y 300 para tres. Sin embargo, como resultado del experimento con un tira y afloja, resultó que el poder de un individuo fue utilizado al 93 % cuando hubo dos personas, al 85 % con tres personas y solo al 49 % con ocho. Cuanto mayor sea el número de miembros, menor será la contribución del individuo a la consecución de una tarea. Esto se llama efecto Ringelmann.

Este fenómeno proviene de la idea: “Alguien más lo hará, aunque yo no”. Lo mismo sucede en casa. El hogar es el lugar donde todos los miembros de la familia viven juntos, pero tienden a pasarse las tareas domésticas. ¿Qué pasa si habitualmente entregan su trabajo a otros? Es más probable que las cosas no vayan bien; y aunque las cosas se hagan bien, los demás miembros estarán insatisfechos.

Cada miembro de la familia es el dueño de la casa. Si todos los miembros asumen la responsabilidad con el corazón de propietario, pueden crear el efecto de la sinergia (produciendo un resultado más exitoso cuando dos o más personas trabajan juntas), y no el efecto Ringelmann.

TIP
Tenga interés en las tareas domésticas.
Haga activamente lo que necesita hacer.
Pregúntense mutuamente si necesitan ayuda.
Si alguien está haciendo las tareas domésticas, únase al trabajo.
Preparen juntos las comidas.
Discutan y decidan juntos todos los asuntos del hogar.
Ahorre energía en casa.
Cumpla las reglas familiares.
Participe activamente en los eventos familiares.