¿De qué consta la Biblia? Algunas personas insisten en que la Biblia tiene más de 66 libros. ¿Es esto verdad?

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La Biblia que tenemos hoy es una colección de treinta y nueve libros del Antiguo Testamento y veintisiete libros del Nuevo Testamento. Esta colección de sesenta y seis libros es conocida como el canon de las Escrituras. El término canon se deriva de la palabra hebrea קָנֶה (Kaneh), que significa “carrizo”. Los carrizos eran usados frecuentemente como varas para medir, por ello la palabra “carrizo” viene a significar “criterio o estándar”. Más tarde, la palabra “canon” fue usada para referirse a los sesenta y seis libros de la Biblia, la cual es un estándar de fe (R.K. Harrison, Introduction to the Old Testament (Introducción al Antiguo Testamento), pp. 327-328).

Otros libros excluidos del canon son llamados “apócrifos”, que indican a los libros que no están incluidos en la Biblia en hebreo. Averigüemos ahora la composición de la Biblia y el significado de los libros apócrifos.

La Biblia fue escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo

La Biblia fue escrita en un periodo de mil seiscientos años por más de cuarenta autores, desde Moisés que escribió los cinco primeros libros del Antiguo Testamento hasta el apóstol Juan que escribió el último libro del Nuevo Testamento. Los autores de la Biblia también fueron de diversos orígenes: hubo reyes como David y pastores como Amós, y muchos más.

Los 66 libros de la Biblia se escribieron en diferentes situaciones históricas específicas y en diferentes épocas. No obstante, no se contradicen, sino que cada libro de la Biblia es consistente en su mensaje. Esto se debe a que Dios es el autor principal de la Biblia. Dios inspiró a todos y cada uno de los autores a través del Espíritu Santo para que escribieran el mensaje exacto que Él quería registrar en la Biblia, que es el único registro de la palabra de Dios Todopoderoso. Algunas personas insisten en que la Biblia fue escrita por la sabiduría de los hombres, pero es totalmente imposible que decenas de profetas escribieran consistente y coherentemente por un periodo tan largo. Esto prueba que Dios mismo les dictó sus palabras para que ellos escribieran la Biblia en lugar de Él (2 Ti 3:16-17, 2 P 1:20-21).

El Antiguo Testamento

Los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento, que han sido reconocidos formalmente como el canon oficial, son conocidos por haber sido reunidos en el tiempo de Esdras alrededor del siglo v a. C. Los registros históricos muestran que estos libros fueron aceptados en el canon hebreo y usados por los judíos alrededor del siglo i d. C.

Jesús mismo confirmó la autoridad del Antiguo Testamento; Él citó muchos versículos del Antiguo Testamento para mostrarnos que la Biblia es la palabra de Dios.

Entonces, ¿ha cambiado la Biblia con el paso del tiempo? Escribas profesionales hicieron y preservaron muchas copias del Antiguo Testamento. Su exactitud ya ha sido probada al compararla con los manuscritos producidos en épocas diferentes. El texto masorético y el texto de Qumran son buenos ejemplos. El Antiguo Testamento hebreo fue copiado y preservado por los masoretas, que son un grupo de judíos eruditos. La copia completa más antigua del Antiguo Testamento hebreo es el texto masorético, que data aproximadamente del año 900 d. C. El texto Qumran es el rollo bíblico escrito alrededor del año 100 a. C, casi mil años antes que el manuscrito con fecha más antigua. Los rollos fueron encontrados en la cueva de Qumran cerca del Mar Muerto en 1947, de ahí el nombre de rollos de Qumrán. Como resultado de la comparación de los dos textos, estos eran virtualmente idénticos. Esto muestra que los manuscritos fueron hechos precisa y exactamente igual a los textos originales, y esto también es una buena prueba que elimina la posibilidad de cambios en la Biblia.

El historiador judío Flavio Josefo dijo: “Hemos dado pruebas prácticas de nuestra reverencia hacia nuestras propias Escrituras. Aunque estos largos periodos ahora han pasado, nadie se ha atrevido a añadir o a quitar, o a alterar una sílaba; y todo judío tiene desde el día de su nacimiento este instinto de considerar las Escrituras como decretos de Dios”. Sus palabras sugieren que el texto original de la Biblia ha sido preservado con exactitud, sin ningún cambio. Cuando los escribas copiaron las Escrituras, contaron el número de letras de cada línea para asegurarse de no omitir ni una sola palabra, y otros escribas corrigieron nuevamente la copia. Además, hicieron grandes esfuerzos por preservar el texto original.

El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento fue recopilado en la época de la iglesia primitiva. Ya que los apóstoles, que habían sido testigos de la vida de Jesús y de su resurrección, murieron uno tras otro, hubo una urgente necesidad de escribir y preservar las palabras y obras de Jesús. Como resultado, los apóstoles empezaron a escribir los Evangelios. Los Evangelios y las epístolas escritos en aquellos días fueron hechos en manuscritos, que fueron leídos durante los cultos de la iglesia primitiva. La recopilación de estos escritos es el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento consta de los Evangelios, que detallan la vida de Jesús, los hechos de los apóstoles, las epístolas y el libro de Apocalipsis. Las epístolas fueron escritas especialmente para que los santos establecieran su fe. Todo el contenido del Nuevo Testamento fue autorizado por la iglesia primitiva, que seguía los ejemplos de Jesús y los apóstoles.

Apócrifos

Los apócrifos (de la palabra griega “apokryphos”, que significa “oculto”) son libros excluidos del canon de la Biblia. Usualmente los apócrifos se refieren a los quince libros escritos en un periodo después de los días del profeta Malaquías (alrededor del año 400 a. C.), antes de la venida de Jesús. Estos nunca se incluyeron en el Antiguo Testamento hebreo. Cuando el Antiguo Testamento se tradujo tiempo después al griego, los libros apócrifos se agregaron a la Septuaginta griega (tradicionalmente recopilada por setenta traductores, de donde esta versión obtuvo su nombre).

El tono moral de los apócrifos está por debajo de la Biblia, y también contienen doctrinas que contradicen a las Escrituras. Por esta razón, los libros apócrifos nunca fueron aceptados como parte del canon tradicional judío. Ya que su calidad es muy inferior y no tienen valor histórico, también son llamados “pseudoepígrafos”, que significa “escritos falsos”. Además, Jesús nunca citó los apócrifos en su predicación.

La Iglesia católica romana aceptó oficialmente los libros apócrifos alrededor del siglo iv, después de que Jerónimo, uno de los obispos, tradujera la Biblia al latín junto con los apócrifos, como un apéndice. Como los reformadores rechazaron los libros apócrifos, la Iglesia católica convocó el Concilio de Trento (un concilio ecuménico realizado en tres sesiones separadas durante dieciocho años desde 1545 hasta 1563 en Trento, Italia) y declaró que los libros apócrifos eran parte de la Biblia. En este proceso, tres de los quince libros apócrifos se excluyeron de la Biblia católica. Los católicos romanos incluyeron doce de los libros apócrifos en sus Biblias, a excepción de los siguientes tres: I Esdras, II Esdras y la Oración de Manasés. Esto muestra que hasta ellos han admitido que hay problemas en los apócrifos.

Entonces, ¿por qué la Iglesia católica declaró tardíamente que los apócrifos eran parte del canon? Esto se debe a que pueden racionalizar sus doctrinas hasta cierto grado al interpretar algunas partes de los apócrifos.

La Iglesia católica tiene muchas doctrinas que no están en el canon. Los apócrifos contienen muchos pasajes que apoyan algunas de sus doctrinas. Otra razón es que ellos tenían la intención de oponerse a los reformadores religiosos, que enfatizaban la fe centrada en la Biblia, perjudicando la absolutidad de la Biblia.

Añadir los apócrifos a la Biblia es el acto de aceptar enseñanzas y doctrinas diferentes a las de la Biblia, y es una astuta conspiración para igualarlas a las enseñanzas de la Biblia si es necesario. No obstante, ellos nunca podrán ser salvos siguiendo doctrinas o enseñanzas que no están escritas en la Biblia, por más verosímiles que sean.

Dios nos ha dado la Biblia para nuestra salvación. Por eso, si realmente queremos ser salvos, debemos tratar de comprender la voluntad de Dios para nuestra salvación, estudiando cuidadosamente la Biblia, que se escribió bajo la inspiración del Espíritu Santo, en lugar de seguir irreflexivamente las enseñanzas que no se basan en la Biblia.

“[…] os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” Ga 1:6-8

“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.” Ap 22:18-19

※ Lista de apócrifos: I Esdras, II Esdras, Tobías, Judit, el Resto de Ester, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, Epístola de Jeremías, Oración de Azarías e Himno de los Tres Jóvenes, Historia de Susana, Bel y el Dragón, Oración de Manasés, I Macabeos, II Macabeos (en total quince libros). La Epístola de Jeremías está incorporada como el último capítulo de Baruc en la mayoría de las ediciones de los apócrifos. En este caso, hay un total de catorce libros apócrifos.