Rahab y el dragón

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“[…] ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?” Is. 51:9-10

Estudiemos acerca del dragón y Rahab que Dios cortó en el pasado y que también cortará en los últimos días.

“Rahab”, que aparece en Isaías 51:9, no es Rahab (רחב) la ramera que escondió a los dos espías enviados del pueblo de Israel para reconocer Jericó.

“Rahab” (רהב), que es hebreo, es el nombre de un monstruo marino de un antiguo mito; se dice que Rahab fue sucumbido por los dioses. El origen de este nombre viene de la palabra hebrea “Rah’-hab” (רהב), que significa “mostrarse brutal, ruidoso y arrogante”. El monstruo marino “Rahab” simboliza a Egipto, que mantuvo a los israelitas como esclavos, por lo que fue castigado por las diez plagas que Dios derramó.

Cuando el reino de Judá fue intimidado por Asiria, los judíos confiaron en Egipto, y no en Dios. En ese momento Dios dijo lo siguiente:

“La ayuda de Egipto no sirve para nada; por eso la llamo: «Rahab, la inmóvil».” La Santa Biblia Nueva Versión Internacional, Is. 30:7

Además, en las palabras: “El que hirió al dragón”, para designar al dragón, en la versión en hebreo se usa la palabra “Tanin”, que significa “serpiente, dragón y monstruo”.

Dios hizo temblar de miedo a los egipcios y liberó a los israelitas, derramando sobre ellos las diez plagas. Y cuando los soldados egipcios entraron en el Mar Rojo para perseguir a los israelitas, Dios los sepultó en el mar juntando las aguas divididas. El profeta Isaías se refirió a este hecho diciendo que Dios cortó a Rahab (monstruo marino). En el contexto, describió el hecho de que Dios sometiera a Faraón, el gobernante de Egipto, como el hecho de herir al dragón.En definitiva, Rahab y el dragón representan lo mismo. En primer lugar, Rahab o el dragón representan a Egipto y su gobernante. Durante el cautiverio en Babilonia, el rey de Babilonia fue simbolizado por el dragón.

En segundo lugar, representa a Satanás que es el rey de este mundo de pecado. Los “grandes monstruos marinos”, que Dios creó en el día quinto (Gn. 1:21), son también una traducción de “Tanin” (monstruo, bestia). Por esta razón, la bestia que salió del mar en el período profético del día quinto, recibió autoridad del dragón y tomó la soberanía sobre las iglesias, y gobernó durante 1260 años.

Como el monstruo marino o el dragón representa al gobernador de este mundo (mar), el diablo, está escrito en los libros de Daniel y Apocalipsis que la bestia que habla contra Dios sale del mar. El que juzgará al dueño temporal de este mundo (mar), el diablo, y lo echará al lago de fuego, en otras palabras, “el que cortará a Rahab, y el que herirá al dragón”, es Dios Elohim que ha aparecido en los últimos días para salvarnos. Debemos alabar y agradecer a Dios Elohim, el Salvador de esta época, quien juzgará al diablo, y lo echará al lago de fuego, y nos llevará al reino de los cielos.